Los adolescentes y jóvenes con discapacidad que mantienen relaciones sociales positivas con sus compañeros y participan en actividades comunitarias que disfrutan y valoran, están encaminados hacia una mayor satisfacción y mayor éxito en su vida adulta que quienes permanecen aislados socialmente.
Los jóvenes que tienen oportunidad de desarrollar y practicar las destrezas sociales y participar en actividades de su elección, con compañeros de su elección, muestran mejores destrezas de afrontamiento y mayor independencia, autodeter-minación, autoestima y autoconfianza. La inclusión social también tiene el potencial de fortalecer las destrezas de liderazgo, promover la aceptación entre jóvenes con y sin discapacidad y apoyar el desarrollo de conductas apropiadas y socialmente valoradas.
Con determinación, creatividad y planificación efectiva las familias pueden ayudar a sus adolescentes y jóvenes adultos con discapacidad a desarrollar y mantener relaciones sociales valiosas con personas de su elección. ¿Cómo hacerlo? Siguen algunas sugerencias…
Creer que la inclusión social es posible. Si se concibe la inclusión como un desafío "alcanzable", aumenta la probabilidad de que todos los involucrados, incluyendo los adolescentes/jóvenes con discapacidad, sus familiares y las personas en la comunidad se motiven y estén dispuestos a trabajar para lograrlo.
Identificar las actividades que apasionan a su adolescente/joven. Usualmente hacemos amistad con quienes percibimos como similares a nosotros y con quienes tenemos intereses comunes. Un buen punto de partida para promover la inclusión es ofrecer a los jóvenes la oportunidad de involucrarse en actividades que disfrutan con personas que compartan su pasión. Basado en conversaciones y observaciones con su adolescente/joven, descubra lo que realmente disfruta. Utilizando esos intereses como punto de partida nos aseguramos que el joven se motive para realizar la actividad en forma regular, lo cual mejorará la probabilidad de que se desarrollen relaciones sociales.
Identifique y comunique a los demás las fortalezas, talentos y capacidades de su adolescente/joven adulto. Muy frecuentemente se asume que los jóvenes con discapacidad tienen pocas, o ninguna, fortaleza o talento. Descubrir, reconocer e informar a los demás sobre las habilidades de su adolescente/joven adulto no solo tiene el potencial de comenzar a cambiar las actitudes de los compañeros, sino que aumentará la probabilidad de que su familiar experimente un sentido de pertenencia y de valor en su comunidad.
Elaborar un plan de acción. Entendiendo que la inclusión social es un aspecto crucial del desarrollo, sería apropiado incluir este aspecto en su Programa Educativo Individual, Programa de Transición o de Planificación Centrada en la Persona. Lograr que la inclusión se dé requiere de mucho trabajo y múltiples apoyos. Planifique anticipadamente para asegurarse que los recursos necesarios estén disponibles.
Permitir que su adolescente/joven adulto haga sus propias elecciones. Todos nosotros queremos elegir nuestros amigos y que otros nos elijan. Respete el derecho de su adolescente/joven adulto para elegir sus propios amigos.
Infórmarse sobre los recursos existentes y cómo accesarlos. Aprenda sobre los programas, las organizaciones y las actividades disponibles en su comunidad que brinden oportunidades para relacionarse socialmente en actividades recreativas y de tiempo libre. Converse con otros padres de adolescentes/adultos con discapacidad para averiguar lo que les funcionó (y lo que no les funcionó); mantenga un cuaderno de anotaciones con su joven para anotar ideas y experiencias.
Infórmese sobre las destrezas que facilitarían la participación. Converse con las personas que manejan o supervisan los programas, actividades y eventos y pregúnteles qué destrezas específicas necesitan tener los adolescentes/jóvenes adultos para facilitar su participación total o parcial. Evalúe hasta que punto su joven familiar tiene esas destrezas/capacidades y piense qué apoyos se requerirían para resolver cualquier dificultad que pudiese surgir. Si existen barreras para la participación, identifique las personas que podrían ayudarle a superarlas. Converse con ellos sobre la necesidad de apoyar la inclusión, sobre cómo ésto "encajaría" con la misión y visión de la organización y sobre las necesidades específicas que tendrían que atenderse.
Evaluar hasta que punto su familia estaría dispuesta a apoyar la participación y la inclusión. El apoyo familiar debe estar presente para que la inclusión social se materialice y trabajar hacia ese objetivo conlleva algunos riesgos. Determine hasta que punto Ud. está dispuesto a apoyar a su adolescente/joven adulto en la toma de algunos riesgos y en su participación en nuevas actividades; manténgase abierto a que su hijo desarrolle relaciones sociales con compañeros que Ud. no conoce; y ofrézcale apoyo concreto (por ej., pagando la cuota de inscripción o proporcionando el transporte).
Identifique a potenciales "conectores". Cuando su adolescente/joven adulto inicie una nueva experiencia, tenga los ojos bien abiertos para identificar alguna persona dispuesta a servir de enlace. Estas personas son hábiles socialmente, bien conectadas y pueden reclutarse para ayudar a su adolescente/joven adulto a familiarizarse con la actividad y con el entorno y para presentarlo a los demás participantes.